Navidad, renazco al milagro del presente que tantas veces se me escapa o no logro percibir en medio de la prisa.
Es tiempo de detenerme, de sentir gratitud por lo que soy y por lo que tengo.
Es el momento de valorar lo sencillo: el calor del hogar, la familia, las comidas compartidas, el brindis con los amigos, los juegos de mesa, cantar con la guitarra junto a mis hijas, disfrutar de una película todos arropados bajo la misma manta, pensar en el regalo que les hará ilusión, una sonrisa compartida, buscar el bienestar de quien tenemos enfermo, o el abrazo sincero de quienes amamos.
La vida se encuentra en los pequeños detalles, en los momentos cotidianos que nos conectan con lo esencial. La Navidad me invita a reconocerlos, a agradecerlos y a llenarme de esperanza.
Que el espíritu de un Dios hecho niño, pequeño, débil y tierno, ilumine nuestros corazones, llenándolos de paz e inspirándonos a ser más conscientes, más presentes y más humanos.
¡Feliz Navidad y un año lleno de gratitud, sencillez y plenitud!
Alma Arconada