viernes, 22 de diciembre de 2023

Te espero

 Ya viene.

Viene a cada instante de la vida y hacer renacer nuestra humanidad.

Me esperas. Te espero. 

Me buscas. Te busco. 

Me conoces. Te descubro. 


Alma Arconada 


domingo, 29 de octubre de 2023

CARTA PARA ALMA

 Cuando es el cumpleaños de alguien a quien queremos le dedicamos un rato de nuestro tiempo para desearle los mejores deseos con un mensaje, una llamada… Hoy es mi cumple. He pensado dedicarme un rato, y enviarme una carta.

Querida Alma, muchas felicidades. 


Te deseo que cumplas un año más y otro y otro… con salud, fuerza e ilusión. Que sepas que estás en lo mejor de tu vida.


Te deseo que no te falte el beso, el abrazo, el cobijo, la risa compartida de tus hijas.


Te deseo el beso ardiente del amor en tus labios. Que sigas junto a Juan construyendo proyecto y futuro. Como siempre le dices: “contigo soy más”. 


Te deseo seguir rodeada de tan buenos amigos que sigan siendo tu remanso y tu alegría. 


Te deseo la calma, paz, para vivir cada día. Bien sean momentos dulces o amargos. Lo que toque vivir que sea vivido con serenidad y relativizando las cosas.


Te deseo que sigas impulsándote en aprender y crecer.

Deseo te mires con amor, aceptación, sin juicio. Que desarrolles con tenacidad todas las fortalezas necesarias para ser una gran mujer, viviendo con hondura.


Deseo que te caigas de la risa, que no pares de sonreír y ser una disfrutona de la vida.

Que seas cómo el Abedul firme, flexible, resistente a las inclemencias.


Te regalaría esos ingredientes fundamentales de la vida: valentía, honestidad, sencillez, bondad y humildad. Capacidad para reconocer  y agradecer lo regalado y lo trabajado. Unos ojos que entiendan lo que ven. Unas manos generosas. 


Ten bien grabado que eres amada y ese amor se expresa en amar a los otros. 


Siempre en camino amiga. Nos encontramos en él.


Por muchos años más celebrando la vida. 

Sabes que te quiero:

Alma Arconada 

miércoles, 22 de marzo de 2023

CUENTO DEL MONJE Y EL ESCORPIÓN

Como cada mañana, un monje paseaba alrededor de un precioso lago, disfrutando de todo aquello que surge cuando se silencian los pensamientos.

De pronto, observó como, en el agua, un pequeño escorpión se estaba ahogando tratando de alcanzar la orilla.

Sin pensarlo, el monje se acercó, alargó su brazo y lo cogió para salvarle la vida.


En ese mismo instante el escorpión le picó en la mano. Como reacción al dolor, el monje lo soltó; y el animal cayó de nuevo al agua.

Al momento, el monje observó como el escorpión intentaba, sin éxito, llegar de nuevo a la orilla. Se acercó, y alargó otra vez el brazo para intentar salvarlo. Pero el escorpión le picó de nuevo, cayendo otra vez al agua.

Por el sendero, se acercó un campesino que había estado observado toda la escena, y dirigiéndose al monje, le dijo:

– No entiendo por qué intentas salvar a ese escorpión desagradecido. ¿No comprendes que está en su naturaleza picarte?

– Sí, claro que lo comprendo -Dijo el monje-.

Y acto seguido, se puso a buscar una rama, tratando de encontrar la forma de auxiliarlo.

Cuando encontró una rama lo suficientemente larga, se acercó con sigilo al escorpión, y finalmente lo sacó del agua.

Entonces, el monje se dirigió de nuevo al campesino, y le dijo:

Entiendo que en su naturaleza esté el picarme. Y lo comprendo, porque también en mi naturaleza está ayudar.


Dicho esto, el monje tomó la rama y, con su ayuda, consiguió sacar al escorpión del agua y salvarlo sin sufrir su picadura.



Reflexión: 


En mi vida he tenido presente mis valores y creencias y a pesar de mis muchos defectos, me he mantenido en mi naturaleza. 

Y sí, en ocasiones he sufrido  la picadura del escorpión, incluso llegue a pensar que si me dejaba picar y no respondía, era un gesto de ser buena persona. 

Me ha costado mucho tiempo entender que eso no es así.


El monje ayudo al escorpión sin permitir ser picado ni romper su identidad.


Estoy aprendiendo a escucharme, a saber que es lo que quiero, a decirme con sinceridad y sin juicios que es lo que necesito, a respetarme, decir sí a lo que quiero, o si fuera necesario poner límites saludables sin dejar de escuchar a los otros, pero no permitir que se vuelva a repetir un daño. Este camino no es sencillo, está en  juego despertar hacia nosotros mismos y hacia nuestro entorno desarrollando muchas fortalezas personales. 


Madre mía, mucho trabajo por seguir evolucionando. 


Alma Arconada 

sábado, 31 de diciembre de 2022

Un brindis por el 2022. Bienvenido 2023

 Cada vez encuentro más escenarios y momentos en mi vida para brindar, y con ello agradecer y disfrutar. Venga, hoy es uno de esos momentos.

¡Brindemos!


Brindo por las personas más importantes de mi vida: Juan, Sara y Lucia, sois mi hogar, mi pilar, sois las raíces en las que me sostengo. 


Levanto la copa por toda mi familia.


Brindo por los que me quieren y a los que quiero. Por esas personas que se comparte vida , por vosotros mis amigos,  por las risas compartidas, por los abrazos, las conversaciones, las palabras que calman, inspiran, sanan, o abrigan el corazón, por la complicidad que me hace vibrar. Gracias por caminar a mi lado. 


Brindo por los que se fueron, por ti papá y por mamá, vuestro recuerdo y cariño me acompaña, se que me cuidáis a mi y a los míos…


Brindo por las veces que conseguí sacar de las etapas de frustración, de dolor, nuevas oportunidades. Aceptó la realidad lo que no puedo cambiar, y me enfoco en mi crecimiento personal y me planteo nuevos retos.


Agradezco cada día el regalo de la salud, a medida que pasan los años me doy cuenta de su valor, ya no es algo que doy por hecho.


Brindo por la fe que me sostiene y las dudas que me cuestionan.


Por esto y mucho más agradezco y  despido al 2022, cerrando todos los ciclos para abrir las puertas al 2023.


Un nuevo año donde todo está por hacer. 365 días dan para mucho y para poco. Tiempo. Tiempo que hay, y que no sobra.

No espero nada de ti 2023, más me ilusiona estrenar, me motiva empezar algo nuevo, crecer, aprender…


Así te recibo 2023. Bienvenido a mi vida. 


Alma Arconada 

domingo, 27 de noviembre de 2022

RESURGIR

Soñé. 

Me marqué metas.

Trabajé constante. 

Crecí.


Pasado el tiempo, me choque con la realidad.

Me dolió. 

Grité y me revele. 

Perdí mi ancla. 


Noches en blanco. 

Noches en negro. 

Noches en rojo. 

Noches de sombras. 


Decidí cambiar el foco.

Encontré la fuerza. 

Redescubrí el sentido.

Me marque nuevas metas.

Resurgí.


Ahora estoy más segura, más tranquila, con más sentido del humor, 

de alguna manera, más fuerte y libre.

Más plena. 

Sigo centrada en trabajar mi mejor versión.


Alma Arconada 

martes, 13 de septiembre de 2022

VACACIONES


Despertar y ver que aún te queda un rato para dormir. 

Tomar el desayuno sin prisa. 


Visitar una ciudad nueva: patear, free tour, historia, arte, un verdejo…



Un rato de silencio escuchando mi interior. 

Aprender a soltar y ser mi prioridad. 


Un activante  paseo por la playa mojándose los pies, mientras mantienes una motivante conversación de las cosas vitales de la vida. 

El sol sacándome una sonrisa. El viento acariciando mi piel. Jugar con las olas. Nadar hasta la boya. 

Tomar un café en la terraza de casa mirando al mar mientras todos duermen.

Quedar con los amigos. Encuentros. Rencuentros. Una cenita especial.

Estar juntos sin mirar el reloj.


Tú. Yo. Nosotros. Familia. Amigos.


Escuchar . Conversar. Reír. 


Comer en familia, sin prisa, todos colaborando en la cocina y disfrutar de las bromas de mis hijas y la risa de Juan. 


Nadar. Bicicleta. Caminar. Correr. Leer. Caricias. Sonreír.


Desconectar. Conectarse. 


La gratitud nace de la consciencia.

Gracias por este verano 2022

Alma Arconada 

domingo, 27 de marzo de 2022

Despedida a papá


Ha pasado un mes y medio desde que mi padre emprendiera su último viaje.

Siento nostalgia por su ausencia, le echo de menos. También tengo gratitud por su vida, una vida cargada de fe y fuerza. 



Para mi padre era importante llevar el volante de su vida. Como no puede ser de otra manera también lo hizo en su último viaje. Hasta el punto que estando en el hospital, unos días antes de fallecer me dice: Alma ¿ qué vas a decir en mi funeral?, porque me diréis cosas que ya no podré oír, y yo quiero enterarme ahora.


Así que le pregunté: ¿qué te gustaría que dijese?. Y me dijo, pues quisiera que contaras esas cosas que en la vida he aprendido que son importantes.


Así que os voy a contar algunas de esas cosas, porque él ya no tenía fuerzas en ese momento ni para susurrarmelas. Pero no hacía falta, las habíamos hablado tantas veces, se lo escuchaba cuando hablaba con Sara y Lucia, como quien revela  un gran tesoro. 


Os expongo alguna:


En el camión de Vidal , no había radio, la banda sonora era el rosario.

Hablaba con pasión de los cursillos de cristiandad, y de la adoración nocturna, los grupos a los que él pertenecía. Guardo su primer libro de cursillos de cristiandad. Un libro de oraciones totalmente desgastado del uso.

Él nos decía: que la fe le daba una mirada diferente, le daba sentido a su vida, le hacía estar atento a los demás e intentar ayudar. Porque cuando sientes a Dios contigo tienes paz y eso es lo más grande.


En los viajes de norte a sur por España, tuvo que tratar con muchas personas, aprendió a ser natural, espontáneo y también sacaba el genio. Tenía temperamento, más aprendió a lo largo de la vida a ser más amable, buen conversador de historias y anécdotas. 

En esta última etapa, era muy agradecido, cada gesto que hacías para él, cuando te despedías decía: “gracias, gracias por lo que haces por mi”.


Era un hombre responsable y honesto, le gustaba hacer bien lo que tenía que hacer.


Fue siempre metódico, disciplinado, a veces hasta obsesivo, pero eso le permitió cuidar su camión , su cuerpo, su oración, su independencia. Que unido a su gran fortaleza le ayudó a afrontar  la vida con coraje, con resiliencia, y aunque se mostraba firme sabía adaptarse a las circunstancias y ser flexible.


Me acuerdo que me decía en ocasiones: “ ¿Crees que se acordará mamá de mí?, estará tan feliz allá arriba con el Padre Bueno que a lo mejor se ha olvidado de mí. ¿Crees que me espera?, nadie ha venido de allí para contárnoslo…


Si papá, te imagino de la mano de tu amor, de la mano de Dorita. Creo que los padres siempre cuidaréis, cuidaremos, de los hijos, los nietos, de los nuestros. Porqué el amor es eterno.

Y desde allí nos seguirás diciendo con ese gesto tan tuyo: venga - valiente, sos quiero.


Descansad papá, mamá en el regazo del Padre Bueno. Os quiero.

Alma Arconada 

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