Es un espacio para compartir reflexiones, pensamientos para el camino de la vida. Escribir me ordena, me clarifica mis ideas, me hace consciente. Me sumerje en mi mundo interior. Ventila mis emociones. Me ayuda a cerrar ciclos. Soy mujer, madre, esposa, amiga, trabajo con personas con discapacidad intelectual, y mucho más. Así, con "alma", camino, aprendo, tropiezo, avanzo, crezco y alguna de esas cosas te cuento…
jueves, 22 de febrero de 2018
COMO UN ÁRBOL
Hoy he realizado una visualización donde me trasformaba en un árbol.
Y ahí me encontraba yo.
Semilla, en manos de un campesino, que prepara su campo y con esmero abona su tierra.
Fui sembrada junto a otras muchas semillas.
Y aunque me cuesta y es duro el brotar, es tanta la necesidad de florecer, es tanta la necesidad de salir, que aunque percibo el paso del tiempo, el dolor de romper y brotar, la aspereza de la tierra, sólo deseo salir y crecer con gran alegría e ilusión.
Ahora, con el paso de los años, soy un árbol alto, elegante; con fuertes, profundas y variadas raíces, muy desiguales, unas muy largas, otras muy cortas. Ellas me dan firmeza cuando llegan los fuertes vientos y la tempestad se hacen presente, y aunque la tempestad parece doblar y quebrar mi árbol, o agitar mis hojas y en ocasiones incluso las arranca, hace que siga en pie, con la convicción que ese agitar violentamente, o ese cambio de estación, con nieve, o lluvia, o bochorno... me traerá, si lo aprovecho, una trasformación mejor...
Siento que soy igual, exactamente igual, a los árboles que me acompañan y están a mi lado, mas me sé única, no mejor, única. Compartir con ellos, sentir unidad, sentirme en conexión con otros arboles del bosque me da robustez, vitalidad, me ayuda a enfrentarme mejor a los nuevos retos que la vida, las estaciones, el tiempo me marcan...
Mis múltiples ramas apuntan hacia arriba, parecen querer tocar el cielo, estirándose y estirándose para medrar, llenas de brotes. También albergo algunos nidos, hay pájaros que ya están desde hace tiempo, soy su hogar, otros han estado un tiempo y luego se han ido, algunos aunque ya no estén dejaron restos de su paso, y de otros vagamente guardo un recuerdo...
Disfruto dando cobijo a los caminantes cansados del camino que reponer energía bajo mi sombra y comen de mis frutos.
Hay otros días de silencios, en la soledad, el canto de las aves, o el sonido de las hojas mecidas por el viento serenan mi alma
Al dejar atrás la visualización y abrir los ojos encuentro una sensación en mi interior: plenitud de vida, VIDA, que me empuja a crecer, agrandar, ahondar, a echar raíces...
ALMA ARCONADA
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