domingo, 13 de octubre de 2024

El Otoño del Alma: Reflexiones desde el Mindfulness

 Aunque yo soy  muy de verano, disfruto a rabiar del sol, del calorcito, de la luz, nada es eterno, y el otoño se ha presentado. Las primeras brisas frescas acarician las tardes, el sol baja más temprano, tiñendo el horizonte de colores cálidos mientras las hojas comienzan a transformarse en una paleta de ocres, dorados y rojos. Las lluvias oscurecen el día y la noche va tomando posesión. Es una transición silenciosa, que parece convocar a la naturaleza y a cada uno de nosotros a detenernos, a bajar el ritmo y interiorizar.

El otoño es una estación que invita a reflexionar sobre la vida interior. 


Miro cómo la naturaleza se prepara para el descanso, dejando caer las hojas y despojándose de lo superfluo, y esa observación me empuja a un proceso de introspección. Siento la llamada a soltar cargas emocionales y aquellos patrones de pensamiento que ya no me sirven. Es un momento de desapego, de reconocer la belleza en el cambio no solo en la naturaleza sino también en mi interior.


En términos de Mindfulness, el otoño es una oportunidad para practicar la presencia y la aceptación. Nos invita a observar el flujo de la vida con compasión, tal como observamos las hojas caer sin resistencia. Entrenar la mente dejando ir con gentileza los pensamientos recurrentes, comprendiendo que el soltar no es una pérdida, sino una liberación.


El acto de “dejar caer”, propio del otoño, es una metáfora espiritual profunda. Al igual que los árboles sueltan sus hojas, quiero dejar atrás lo que ya no me nutre. Permitirme estar en una desnudez interior que, lejos de ser vacía, me conecta con mi esencia. Es desde esa conexión con ese fondo donde surge la transformación, la semilla de una nueva fase que espera florecer cuando el momento sea adecuado.


Este proceso me prepara para el invierno, una fase más profunda de interioridad y reposo, donde poder gestar nuevos propósitos desde un lugar más auténtico. El otoño me recuerda que la vida es cíclica, y que en cada estación hay una oportunidad de renacer, de renovarse, y de estar en paz con lo que es.


Bienvenido, otoño. Que tu presencia sea un espejo en mi viaje interior.


Alma Arconada 

lunes, 2 de septiembre de 2024

APRECIAR LAS PEQUEÑAS COSAS

Estar presente, me permite apreciar  los pequeños detalles, y dejan de ser simples. Aquellas cosas que antes pasaban desapercibidas, se llenan de significado y gratitud.


Activar la mirada para ver profundo.

Sentir el sol.

Escuchar el viento .

Mecerme en el murmullo de las olas.

Sentir la brisa salada.

Mirar el vasto horizonte azul. 

Sumergirme en la inmensidad del mar.

Respirar el tiempo. 


Disfrutar el tiempo en familia y amigos.


Una comida compartida sin prisas.

Una conversación agradable.

Escuchar.

Abrazos con corazón.

Risas.

Caminar. Leer. Nadar hasta la boya. 


En lo sencillo. 

En el aquí y el ahora. 


Momentazos en un lugar tranquilo y muy nuestro. 


Alma Arconada

sábado, 27 de julio de 2024

UN CAMINO INTERIOR EN LOS ACANTILADOS DEL CANTÁBRICO

 Hoy doy un paseo con atención plena por Costa Quebrada. 

Es uno de esos lugares que recorro al menos una vez al año. Me encanta.

Según me adentro en el paisaje, cada paso me invita a respirar profundamente y observar.


Caminar sobre los acantilados al lado del mar, es fascinante, mezcla de naturaleza indómita y serena. Contemplo lo escarpados del precipicio, que se eleva majestuoso. Desde esa pendiente, la brisa me despeina, juega con mi pelo y trae aromas a sal y algas marinas.


La vegetación se manifiesta exuberante, con aroma a estiércol y tierra húmeda, con verdes intensos que se extienden hasta el borde de los precipicios, contrastando con el gris y el marrón de las rocas.

Esas rocas donde las olas se rompen con fuerza, creando una sinfonía constante y tranquilizadora. 


Y mientras avanzo a lo largo de la costa, encuentro pequeñas calas y playas de arena dorada, de difícil acceso, que puedo llegar a ellas solo por senderos escarpados o escondidos, me invitan a explorar y descubrir.


Miro al mar, quedo hechizada por el ritmo sereno de las olas.

La sinfonía de la naturaleza crea un espacio de serenidad interior.


Estoy presente. Mi mente se calma. 

Cada detalle del paisaje me invita simplemente a ser.

Sin embargo, no es el entorno ni el escenario, lo que realmente me invita a la contemplación, sino mi propia voluntad de querer estar presente. Es la intención de conectar conmigo misma lo que convierte este lugar en un refugio de paz. La verdadera serenidad nace del interior, del compromiso consciente de habitar el momento con plenitud.


Alma Arconada


viernes, 22 de diciembre de 2023

TE ESPERO

 Ya viene.

Viene a cada instante de la vida y hacer renacer nuestra humanidad.

Me esperas. Te espero. 

Me buscas. Te busco. 

Me conoces. Te descubro. 


Alma Arconada 


domingo, 29 de octubre de 2023

CARTA PARA ALMA

 Cuando es el cumpleaños de alguien a quien queremos le dedicamos un rato de nuestro tiempo para desearle los mejores deseos con un mensaje, una llamada… Hoy es mi cumple. He pensado dedicarme un rato, y enviarme una carta.

Querida Alma, muchas felicidades. 


Te deseo que cumplas un año más y otro y otro… con salud, fuerza e ilusión. Que sepas que estás en lo mejor de tu vida.


Te deseo que no te falte el beso, el abrazo, el cobijo, la risa compartida de tus hijas.


Te deseo el beso ardiente del amor en tus labios. Que sigas junto a Juan construyendo proyecto y futuro. Como siempre le dices: “contigo soy más”. 


Te deseo seguir rodeada de tan buenos amigos que sigan siendo tu remanso y tu alegría. 


Te deseo la calma, paz, para vivir cada día. Bien sean momentos dulces o amargos. Lo que toque vivir que sea vivido con serenidad y relativizando las cosas.


Te deseo que sigas impulsándote en aprender y crecer.

Deseo te mires con amor, aceptación, sin juicio. Que desarrolles con tenacidad todas las fortalezas necesarias para ser una gran mujer, viviendo con hondura.


Deseo que te caigas de la risa, que no pares de sonreír y ser una disfrutona de la vida.

Que seas cómo el Abedul firme, flexible, resistente a las inclemencias.


Te regalaría esos ingredientes fundamentales de la vida: valentía, honestidad, sencillez, bondad y humildad. Capacidad para reconocer  y agradecer lo regalado y lo trabajado. Unos ojos que entiendan lo que ven. Unas manos generosas. 


Ten bien grabado que eres amada y ese amor se expresa en amar a los otros. 


Siempre en camino amiga. Nos encontramos en él.


Por muchos años más celebrando la vida. 

Sabes que te quiero:

Alma Arconada 

miércoles, 22 de marzo de 2023

CUENTO DEL MONJE Y EL ESCORPIÓN

Como cada mañana, un monje paseaba alrededor de un precioso lago, disfrutando de todo aquello que surge cuando se silencian los pensamientos.

De pronto, observó como, en el agua, un pequeño escorpión se estaba ahogando tratando de alcanzar la orilla.

Sin pensarlo, el monje se acercó, alargó su brazo y lo cogió para salvarle la vida.


En ese mismo instante el escorpión le picó en la mano. Como reacción al dolor, el monje lo soltó; y el animal cayó de nuevo al agua.

Al momento, el monje observó como el escorpión intentaba, sin éxito, llegar de nuevo a la orilla. Se acercó, y alargó otra vez el brazo para intentar salvarlo. Pero el escorpión le picó de nuevo, cayendo otra vez al agua.

Por el sendero, se acercó un campesino que había estado observado toda la escena, y dirigiéndose al monje, le dijo:

– No entiendo por qué intentas salvar a ese escorpión desagradecido. ¿No comprendes que está en su naturaleza picarte?

– Sí, claro que lo comprendo -Dijo el monje-.

Y acto seguido, se puso a buscar una rama, tratando de encontrar la forma de auxiliarlo.

Cuando encontró una rama lo suficientemente larga, se acercó con sigilo al escorpión, y finalmente lo sacó del agua.

Entonces, el monje se dirigió de nuevo al campesino, y le dijo:

Entiendo que en su naturaleza esté el picarme. Y lo comprendo, porque también en mi naturaleza está ayudar.


Dicho esto, el monje tomó la rama y, con su ayuda, consiguió sacar al escorpión del agua y salvarlo sin sufrir su picadura.



Reflexión: 


En mi vida he tenido presente mis valores y creencias y a pesar de mis muchos defectos, me he mantenido en mi naturaleza. 

Y sí, en ocasiones he sufrido  la picadura del escorpión, incluso llegue a pensar que si me dejaba picar y no respondía, era un gesto de ser buena persona. 

Me ha costado mucho tiempo entender que eso no es así.


El monje ayudo al escorpión sin permitir ser picado ni romper su identidad.


Estoy aprendiendo a escucharme, a saber que es lo que quiero, a decirme con sinceridad y sin juicios que es lo que necesito, a respetarme, decir sí a lo que quiero, o si fuera necesario poner límites saludables sin dejar de escuchar a los otros, pero no permitir que se vuelva a repetir un daño. Este camino no es sencillo, está en  juego despertar hacia nosotros mismos y hacia nuestro entorno desarrollando muchas fortalezas personales. 


Madre mía, mucho trabajo por seguir evolucionando. 


Alma Arconada 

sábado, 31 de diciembre de 2022

Un brindis por el 2022. Bienvenido 2023

 Cada vez encuentro más escenarios y momentos en mi vida para brindar, y con ello agradecer y disfrutar. Venga, hoy es uno de esos momentos.

¡Brindemos!


Brindo por las personas más importantes de mi vida: Juan, Sara y Lucia, sois mi hogar, mi pilar, sois las raíces en las que me sostengo. 


Levanto la copa por toda mi familia.


Brindo por los que me quieren y a los que quiero. Por esas personas que se comparte vida , por vosotros mis amigos,  por las risas compartidas, por los abrazos, las conversaciones, las palabras que calman, inspiran, sanan, o abrigan el corazón, por la complicidad que me hace vibrar. Gracias por caminar a mi lado. 


Brindo por los que se fueron, por ti papá y por mamá, vuestro recuerdo y cariño me acompaña, se que me cuidáis a mi y a los míos…


Brindo por las veces que conseguí sacar de las etapas de frustración, de dolor, nuevas oportunidades. Aceptó la realidad lo que no puedo cambiar, y me enfoco en mi crecimiento personal y me planteo nuevos retos.


Agradezco cada día el regalo de la salud, a medida que pasan los años me doy cuenta de su valor, ya no es algo que doy por hecho.


Brindo por la fe que me sostiene y las dudas que me cuestionan.


Por esto y mucho más agradezco y  despido al 2022, cerrando todos los ciclos para abrir las puertas al 2023.


Un nuevo año donde todo está por hacer. 365 días dan para mucho y para poco. Tiempo. Tiempo que hay, y que no sobra.

No espero nada de ti 2023, más me ilusiona estrenar, me motiva empezar algo nuevo, crecer, aprender…


Así te recibo 2023. Bienvenido a mi vida. 


Alma Arconada 

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