Esta
idea hace que me sienta esperanzada, ilusionada, me carga de energía.
Pues
me da la oportunidad de desarrollar la capacidad de trabajar, cada día, para
conseguir ser la persona que de verdad quiero ser.
Así
cuando me despierto pienso: “hoy quiero...”
y
focalizo mi mente y mi energía en ese objetivo.
Miro
el día que tengo por delante y pienso:
Hoy
tengo un día nuevo.
Hoy
comienzo de nuevo.
Hoy
tengo ante mi una pagina en blanco del libro de mi vida.
Hoy
quiero ser mejor. Hoy
voy a ser mejor.
Sólo
tengo el día de hoy para estar bien, para bien-SER.
Hoy...
Cuando
acaba el día, en el sosiego de la noche, me miro.
Y
cuando veo lo desastre que soy, lo que fallé, lo que me esforcé, lo que
aprendí, lo que me equivoqué... Surge en mi alma un: “lo siento”.
Y surge en mi una nueva ilusión: mañana, quizá me regalen un día nuevo, una hoja en blanco, cargado de oportunidades.
Mañana, ya es hoy.
Y hoy, es nuevo.
ALMA
ARCONADA
Muy buena reflexión. Parece algo tan sencillo: parar un momento por la mañana y un momento por la noche. ¿Y entonces por qué nos cuesta tanto? Gracias por recordárnoslo.
ResponderEliminarMe apunto a esta sana rutina
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