Hoy quiero hacer un brindis por mi vida, por mis breves años de vida.
Tiempo que parece tanto, pero es a la vez tan breve.
En el almacén de las vivencias se agolpan los recuerdos, ha habido de todo, vivencias gratas, vivencias dolorosas, así es la vida.
Los recuerdos pugnan por ser los que estén ahí, presentes, en la primera línea.
De los momentos de alegría: los exprimí, disfrute, agradecí.
De los momentos difíciles: saqué aprendizajes, fortaleza, transformación.
De otros momentos de la vida, tuve que aprender a sanar o a olvidar.
Y así he aprendido que la vida hay que vivirla con alma, pasión, donación, valores y fe.
Observando ese afán de batallar los recuerdos, nace agradecimiento. Agradecimiento con rostros, nombres, momentos, que guardo en el corazón.
En esos rostros de mi vida, el primero que veo es a Juan.
Juan, te quiero, me das alas, pones cordura en mi, y me sostienes. Tu risa me llena el alma. Que bueno se hace el camino a tu lado.
Gracias amor, por que contigo soy más, soy mejor persona.
Mis hijas Sara y Lucia.
Cariñosas, tiernas, divertidas, adolescentes. Es apasionante acompañaros, guiaros, veros crecer y madurar. Puedo cerrar los ojos y sentir vuestro olor cuándo erais bebés. Y ahora que os veo...sois ya unas jovencitas... Os quiero con locura.
Gracias por hacerme la madre que soy.
A mis padres y mis hermanos, si nos necesitamos en algo, ahí estamos . Cada uno diferente, respetándonos por encima de todo. Como dice papá: “sos quiero”.
Mis sobrinas las mayores, con nuestras confidencias, risas, me encanta cuando me piden consejos, y mis sobrinos pequeños, os adoro a todos.
A cada uno de mi familia, ( cuñados, suegros...), gracias por todo lo vivido y compartido.
Mis amigos.
Mis amigos del alma, con los que camino, construyo, río, brindo, lloro, pido consejo, aligeran las situaciones difíciles, compañeros de vida, tengo un vínculo tan fuerte con vosotros, que sois mi familia. Espero que sepáis lo importante que sois para mí.
A mí gente de la parroquia, el grupo de padres. Grandes personas, de brazos abiertos, generosa, con esperanza, con ellos hay encuentro, cariño, acogida, bondad, alegría, no necesites algo que vuelan para ayudarte. Sois un regalo para mi.
Mis compañeros de correr. Nunca pensé que correr me enseñase tanto. Valores como trabajar en equipo, liderazgo, esfuerzo, compañerismo, planificación, conocimiento personal... pero esto al hacerlo en grupo se multiplica, ni te cuento si ese grupo te sorprende con buena gente.
Y que diré de los chicos de la Villa, si alguien me gusta como me miran, son ellos.
Ellos me sacan sonrisas a diario. Con ellos he aprendido lo esencial de la vida.
Y que increíble es encontrar compañeros con los que estar conectados, donde las diferencias son riquezas, donde la unión de las sinergias hace que todo fluya,
donde en los días complicados, te suben un café, o dan una palabra de aliento si se necesita . Dónde la valoración y el cariño están presentes y me dan un consejo si me equivoco y se alegran cuando hago bien mi trabajo. Gracias, compañeros por ser gente que suma y hace el día a día más fácil y alegre.
Y en el camino, muchas personas, algunos se han quedado sólo un tiempo y su presencia o su recuerdo me hace sonreír, me traen bonitos momentos, otros han causado dolor, y aunque no se han quedado como compañeros de camino, de aquellas situaciones también quise aprender y aprendí.
En mi alma agradecimiento. Por lo vivido, también por el dolor y lo que he conseguido construir.
Porque sigo creciendo, aprendiendo, caminando y avanzando con muchas torpezas y caídas, pero cada día vuelvo a poner el alma y la esperanza de ser un poco mejor que el día anterior.
Por todo esto y más, hoy quiero brindar
Es un bonito brindis. Que los que quieres y te acompañan permanezcan luengos años a tu lado. Preciosa la foto!!!
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