Miedo. Hacía tiempo que esta emoción no anidaba en mi corazón.
Miedo a tocar.
Miedo a no tocar.
Miedo de salir.
Miedo a la ciudad.
Miedo por no ir a trabajar.
Miedo que te llamen a trabajar.
Miedo a la limitación impuesta.
Miedo a la despedida final sin poder acompañar ni acariciar.
Miedo a encontrarme contigo y no poderte abrazar.
Miedo. Agitación
Hoy te miro, miedo. Te reconozco.
Ven acércate, siéntate a mi lado, necesito mirarte.
En otra circunstancia, te echaría de mi vida, pero no nos queda más remedio que aprender a convivir.
Pero si gritas tan alto, no puedo diferenciar entre lo imaginario y las amenazas reales, tu ruido me desgasta, embota y me hace perder fuerza.
En vez de decirme que me altere, me vas a ayudar a entender que es lo que necesito aprender, cuales son los nuevos desafíos que tengo que afrontar.
Otra cosa, procura no instalarte, no olvides que estás de paso...
Atentamente:
Alma Arconada
Hay que cambiar la palabra "miedo" por la palabra "precaución" Alma, tenemos que sacudirnos el miedo.
ResponderEliminarAyyy Alma, con tu generosidad, hasta al miedo le vas a dar una oportunidad...convéncele para que se modere...
ResponderEliminarEl miedo pasará seguro... y volverán las risas, los abrazos, tertulias, tiempo para los demás... un abrazo
ResponderEliminarBuena reflexión Alma. Es muy difícil no tener miedo. A lo largo de nuestro día a día, siempre hay cosas que nos dan miedo. Siendo conscientes de la gran dificultad que supone, tenemos que aprender a enfrentarlos ayudándonos de nuestras mejores herramientas: voluntad, esfuerzo, reflexión, actitud "positiva", trabajando nuestra energía mental, calma, confianza...
ResponderEliminarUn abrazo 😘